Entrevista a Javier Portela, nº Col. 56.947, Director General del Consejo COLEF. Fuente: CMD Sport
LA FORMACIÓN EN LOS EDUCADORES FÍSICO DEPORTIVOS
A grandes rasgos, ¿cómo valora Consejo COLEF la formación que reciben los educadores físico deportivos en España?
Los educadores físico deportivos reciben una formación universitaria, actualmente nivel II según el Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior (en adelante, MECES), anteriormente como Licenciatura (nivel III MECES), donde los futuros profesionales pueden especializarse en cualquiera de los campos propios de éstos: enseñanza de la educación física y del deporte, ejercicio físico orientado a la salud, dirección técnico-deportiva, preparación física y educación físico-deportiva en el turismo activo.
El proceso de especialización de un educador físico deportivo debe ser consciente y a tenor de la sociedad y de los cambios que se producen en ésta, pero especialmente en base a los avances científicos. Por eso, hay dos fases de formación del profesional que son fundamentales: la formación de posgrado, donde se adquiere un nivel de cualificación III según MECES, y en el que para ejercer algunas de las especialidades debería ser imprescindible; y por otra parte se encuentra la formación continua, y su concreción como Desarrollo Profesional Continuo en el seno del Colegio Profesional, que es la clave para que el profesional siga prestando servicios seguros y de calidad independientemente de los años que han pasado desde que realizó la carrera.
¿Cuáles diría que son los puntos fuertes que presenta esta formación?
La formación de un educador físico deportivo se diferencia de la de cualquier otro profesional del deporte por su carácter científico-técnico. Así pues, son los únicos profesionales con formación en educación física y deportiva que cuenta con un nivel de cualificación 6 según el Marco Europeo de Cualificaciones (European Qualification Framework, EQF), lo cual implica lo siguiente: conocimientos avanzados de un campo, que implica una comprensión crítica de teorías y principios; habilidades avanzadas, demostrando maestría e innovación, requeridas para resolver problemas complejos e impredecibles en un campo especializado; y capacidad para gestionar actividades técnicas o profesionales complejas, asumiendo la responsabilidad de la toma de decisiones en contextos impredecibles.
¿Qué lagunas o aspectos quedan por mejorar?
En primer lugar, el error crítico en la formación de los educadores físico deportivos reside en el concepto que se transmite a los alumnos sobre cuál es su lugar en el mercado de trabajo, que no es el de un técnico de formación profesional. Aunque un educador físico deportivo pueda desempeñar su labor como monitor o entrenador, estas ocupaciones no corresponden a las especialidades propias de la profesión.
Por otra parte, es posible que exista un encallamiento en cuanto a la formación de base y la introducción de tendencias o ámbitos que tienen un gran desarrollo en la industria, un ejemplo de ello es el fitness. El profesional finalmente acaba adquiriendo conocimientos sobre ésto como parte de su proceso de su formación continua, pero las nuevas generaciones deberían hacerlo en la propia universidad.
¿Qué opinión tienen de las formaciones de fin de semana o por horas, tan demandado por profesionales que no disponen de mucho tiempo para invertir en educación y reciclaje?
Estas formaciones son necesarias como parte del proceso de formación continua del profesional, pero nunca deben ser la base formativa. No son formaciones oficiales con validez académica. Es preciso recordar que incluso en las Comunidades Autónomas donde no hay ley de “regulación profesional”, en las leyes del deporte autonómicas se hace referencia a que los profesionales, los técnicos, han de contar con titulación oficial.
Por otra parte, son muchas las personas que hacen alusión a la falta de tiempo para justificar la formación no reglada como único contenido de su curriculum. Pero el argumentario cae por su propio peso sabiendo que son muchos los compañeros que estudiaron CCAFYDE, o cualquier otra carrera universitaria, mientras trabajaban.
Más allá de las justificaciones individuales, se debe pensar en primer lugar en el usuario, cliente, alumno y/o deportista. La formación oficial con validez académica es un seguro de calidad para la prestación de servicios deportivos, ya que el cliente tiene la certeza de que los conocimientos que ha adquirido el profesional han pasado una serie de filtros de obligado cumplimiento.
En los últimos años, la formación de los instructores y educadores de actividad física se ha situado en el top10 de las principales tendencias dentro del fitness. ¿Concuerda esta distinción con la importancia real que se le da dentro del sector?
El sector está cambiando, pero no es algo que suceda de la noche a la mañana. Las tendencias se basan en encuestas que se realizan a los propios profesionales, y además los que responden son aquellos con interés, con motivación. Todavía queda un largo camino por recorrer para que el propio contratante tenga claras las cuestiones referentes a la cualificación que debe exigir para cada puesto. Ni tan siquiera los propios ayuntamientos lo están teniendo claro. Es posible que estemos todavía en una fase en la que es más un deseo de los propios profesionales que una realidad consolidada.
La importancia que el sector está dando a la cualificación y titulación de los profesionales se contrapone con la falta de identificación de las actividades profesionales, mezclando ocupaciones y niveles de cualificación.
¿Cómo afecta a la formación de los profesionales de la educación física y del deporte los últimos avances y los escollos que aún hay en la ordenación de las profesiones del deporte?
Las leyes de ordenación profesional del deporte de la diferentes Comunidades Autónomas han sido, y están siendo, un núcleo de presión para el objetivo final, que es la regulación por vía estatal. Solamente el Estado tiene la capacidad para regular la profesión, lo que están haciendo desde las CCAA es regular determinadas actividades. La situación actual está generando ocupaciones en las que pueden ejercer personas con diferentes niveles de cualificación e incluso “puertas falsas” para habilitarse.
¿Una normativa fuerte acabaría con los problemas de intrusismo y suplantación de competencias que se denuncian en el sector?
La norma legal es el principio, luego se deben poner en marcha todos los mecanismos para que se cumpla. En este aspecto, el Colegio Profesional es un agente de especial relevancia dadas las funciones atribuidas por ley a estos organismos como corporaciones de derecho público.
¿Cuál es la postura del Consejo COLEF frente a las acusaciones que se versan colectivos como fisioterapeutas y entrenadores? ¿Existe intrusismo o realmente es posible abogar por un modelo colaborativo entre ambos perfiles profesionales?
Desde el Consejo COLEF consideramos que es fundamental el trabajo inter y multidisciplinar. No concebimos que educadores físico deportivos omitan la labor de los fisioterapeutas, así como es incomprensible que los fisioterpeutas ignoren las competencias de los educadores físico deportivos. Es posible ver muchos centros en los que ambos profesionales están trabajando de la mano, lo cual supone que la calidad de los servicios hacia los usuarios, clientes y/o deportistas mejora de forma considerable.
El intrusismo es algo con lo que hemos de luchar desde los Colegios Profesionales, pero no solo contra aquel que realizan otros a nuestros profesionales, sino también contra el que nuestros profesionales hacen a otros. El intrusismo es una grave falta deontológica, especialmente cuando hablamos de la salud y la educación de las personas.
Ambos Consejos Generales debemos trabajar de la mano para el fomento del trabajo multidisciplinar y el respeto de las competencias, no queriendo fagocitar el uno las del otro.
¿Qué importancia otorgan las instalaciones deportivas a la formación de sus empleados?
Sería interesante conocer datos reales sobre lo que sucede con la formación de los empleados en las empresas de nuestro sector, si existe un plan formativo, cómo se proyecta éste y qué papel tiene el empleado en su desarrollo.
Lo que sí es cierto es que las empresas deberían enfocar sus planes formativos pensando en la gestión de la edad, es decir, en orientar a sus trabajadores hacia aquellas actividades con las que puedan seguir manteniendo un nivel de calidad de los servicios alto, a pesar de los años, tanto por la carga física, como el avance de los conocimientos.
Y en la contratación, ¿se da el binomio alta preparación-altas perspectivas laborales o existe precariedad?
La tesis doctoral de Marta Pérez (col. 52.680) desprendió datos realmente interesantes sobre el mercado de trabajo de los titulados universitarios en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Los jóvenes se ven en la situación de tener varios trabajos para ganar el dinero suficiente. Solo los ámbitos de la gestión y la docencia se podrían considerar estables, mientras que en el resto predomina la inestabilidad, en muchos casos sin contrato, con jornadas parciales.
El autoempleo a través de la fórmula de autónomos se disparó en el sector deportivo, siendo en parte responsable la proliferación del entrenamiento personal en los últimos años. Sin embargo, se debe realizar especial vigilancia, ya que algunas empresas lo han estado aprovechando para hacer un intento de regularizar la situación de muchos monitores y entrenadores a los que pagaban “en negro” pero ahora son falsos autónomos.
¿Qué gestión se hace de los becarios y estudiantes en prácticas?
Esta cuestión depende de cada universidad y de cada empresa. En el caso de las prácticas del Grado, consideramos que debe ser un educador físico deportivo el que las tutorice en la empresa/organización y que siempre deben estar orientadas hacia las actividades profesionales propias de la titulación.
Para finalizar, ¿qué retos se ha marcado Consejo COLEF en materia de formación para los próximos años?
Desde el Consejo COLEF estamos proyectando el Desarrollo Profesional Continuo (DPC). El DPC es el proceso por el que un individuo que ejerce una profesión mantiene, mejora y amplía su grado de competencia, conocimientos y habilidades a lo largo de la vida. Integra tanto el progreso personal como los medios que facilitan la adaptación a los cambios científico-técnicos. Incluye las habilidades, aptitudes, capacidades y competencias autónomamente adquiridas por un profesional durante el desempeño de su actividad y que amplían, desarrollan y perfeccionan su crecimiento profesional mejorando su eficiencia, productividad y relación interpersonal y con el entorno. Ello está, además, directamente relacionado con los años del propio desempeño profesional, con el día a día y con actuaciones formativas, sean o no regladas.
En definitiva, el DPC se caracteriza por trascender de enfoques exclusivamente formativos y encaminarse hacia otros relacionados con la práctica profesional, el empleo y el trabajo.
De forma práctica, se trata de un sistema permanente de acreditación de la formación formal postuniversitaria, no formal e informal (siempre que pueda ser justificada documentalmente) y experiencia y práctica profesionales de los colegiados que lo soliciten. Con esto se ofrece a los colegiados, a los empleadores y a la sociedad unos sistemas de normalización y protocolización del DPC, incorporándose con ello un elemento de veracidad y de trazabilidad de las capacidades y habilidades personales. Son varios los Colegios Profesionales que lo están llevando a cabo, con el éxito de que además supone una ventaja en la movilidad de los profesionales.
en el nº 406 de su revista
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