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El Consejo COLEF ofrece su perspectiva sobre el Estatuto del Deportista en el Congreso de los Diputados

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    Consejo COLEF
  • 18 feb
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Actualizado: 19 feb



EL CONSEJO COLEF OFRECE SU PERSPECTIVA SOBRE EL ESTATUTO DEL DEPORTISTA EN LA SUBCOMISIÓN DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

La intervención de Eva María Navarro Navarro, interventora del Consejo COLEF, en la Subcomisión del Estatuto del Deportista en el Congreso de los Diputados ha puesto de relieve la necesidad de una regulación profesional en el deporte, la inclusión de especialistas en los convenios colectivos y la eliminación de la exención de Educación Física para deportistas de alto nivel. También ha defendido la promoción de la carrera dual y la deducción de los servicios deportivos en el IRPF. Desde el Consejo COLEF se espera que estas propuestas sean consideradas para mejorar la protección y profesionalización del deporte en España.

Este martes, 18 de febrero de 2025, la Subcomisión relativa al Estatuto del Deportista, en el marco de la Comisión de Educación, Formación Profesional y Deportes del Congreso de los Diputados, ha acogido las comparecencias de tres personas expertas que han aportado su visión sobre este crucial proyecto normativo. Entre ellas, Eva María Navarro Navarro, interventora del Consejo COLEF y presidenta de COLEF Canarias, ha presentado una serie de propuestas fundamentales para asegurar la protección de los deportistas y la profesionalización del ámbito deportivo. La sesión también contó con las intervenciones de Irene Aguiar, abogada experta en Derecho Deportivo, y José Luis Perea, secretario general de la Federación Nacional de Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). 


En su intervención, Eva María Navarro destacó la urgencia de establecer una regulación estatal del ejercicio profesional en el deporte. Ha subrayado que el artículo 22.1 de la Ley del Deporte reconoce el derecho de quienes practican deporte a recibir servicios de profesionales cualificados, pero sin una ley estatal que lo respalde, este derecho queda sin garantías. La falta de una normativa estatal específica ha permitido que personas sin la formación adecuada desempeñen funciones críticas, lo que pone en riesgo la salud de los deportistas. Navarro insistió en que actividades como la preparación física o la readaptación físico-deportiva deben ser ejercidas exclusivamente por tituladas y titulados universitarios en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y que estos profesionales deben estar colegiados para garantizar la seguridad y la ética en su labor.


Otro de los ejes centrales de su discurso fue la necesidad de incluir a todos los profesionales del deporte en los convenios colectivos (fútbol, baloncesto o balonmano). Navarro señaló que, en la actualidad, estos convenios solo contemplan a las y los deportistas, dejando fuera a quienes les entrenan, les preparan físicamente o les prestan otros servicios esenciales para el rendimiento y el bienestar. Esta situación, según explicó, genera condiciones laborales precarias que afectan directamente a la calidad de los servicios que reciben los deportistas. 


En el ámbito educativo, Navarro criticó la exención de la asignatura de Educación Física para las y los deportistas de alto nivel, una medida que consideró contraproducente. Argumentó que esta materia es fundamental para el desarrollo integral de los jóvenes, ya que no solo contribuye a su formación motriz, sino también a su desarrollo cognitivo, social y emocional. Eximir de esta materia a quienes practican deporte de alto rendimiento refuerza la falsa idea de que la especialización deportiva reemplaza la Educación Física. La evidencia científica demuestra que la Educación Física escolar es un elemento esencial en la prevención de lesiones, el equilibrio corporal y la alfabetización motriz, aspectos que no siempre se trabajan en la formación específica de un deporte. Navarro instó a una mayor coordinación entre entrenadores y docentes para adaptar la carga de trabajo de estos estudiantes sin privarles de los beneficios de la asignatura. Propuso, en su lugar, adaptaciones curriculares que permitan a las y los deportistas compaginar su carga de entrenamiento con la asistencia a las clases de Educación Física.


Además, Navarro abordó la importancia de la carrera dual para las y los deportistas, destacando la necesidad de facilitar su inserción laboral una vez finalizada su etapa competitiva. Pidió medidas concretas, como la flexibilización de horarios y la adaptación de la evaluación académica, para que los deportistas puedan compatibilizar su formación con la práctica deportiva. También advirtió sobre el riesgo de situar a exdeportistas en puestos de responsabilidad sin la formación necesaria, abogando por programas que les permitan adquirir las titulaciones y acreditaciones oficiales requeridas.


Por último, Navarro defendió la deducción de los servicios deportivos en el IRPF como una medida que fomentaría la práctica deportiva y facilitaría la detección de talentos desde edades tempranas. Esta iniciativa, según explicó, no solo mejoraría la salud pública, sino que también contribuiría a ampliar la base de practicantes deportivos, lo que a largo plazo se traduciría en una élite deportiva más numerosa y preparada.


En definitiva, la intervención de Eva María Navarro ha puesto sobre la mesa propuestas concretas para fortalecer el Estatuto del Deportista, garantizando no solo la protección de los deportistas, sino también la profesionalización y la ética en el ámbito deportivo. Desde el Consejo COLEF se espera que estas medidas sean consideradas en las conclusiones de la Subcomisión, contribuyendo así a un marco normativo más justo y eficiente para el deporte en España.




PONENCIA EN LA SUBCOMISIÓN RELATIVA AL ESTATUTO DEL DEPORTISTA

Comisión de Educación, Formación Profesional y Deportes del Congreso de los Diputados

18 de febrero de 2025

Intervención de Eva María Navarro Navarro, interventora del Consejo COLEF.


Señorías, miembros de esta Subcomisión,


Es un honor comparecer hoy ante ustedes en representación del Consejo General de Colegios Oficiales de Licenciados en Educación Física y en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (Consejo COLEF) para trasladarles una serie de cuestiones esenciales que, en nuestra opinión, deben ser consideradas en el desarrollo del Estatuto del Deportista. Estas medidas no solo garantizan una mejora en la protección de las y los deportistas, sino que también fortalecen la calidad, la seguridad y la ética en el ejercicio profesional en el deporte.


Desde el Consejo COLEF consideramos que este Estatuto del Deportista es una oportunidad histórica para definir un marco de garantías adecuado a la realidad actual, protegiendo a las personas deportistas y asegurando que las y los profesionales del deporte ejerzan con la preparación y el respaldo normativo que la sociedad necesita.


En primer lugar, quiero hablarles sobre la REGULACIÓN ESTATAL DEL EJERCICIO PROFESIONAL EN EL DEPORTE

El artículo 22.1 de la Ley del Deporte reconoce el derecho de los deportistas a recibir servicios de profesionales cualificados en el ámbito de la actividad física y deportiva. Sin embargo, este derecho no cuenta con un respaldo legal claro en ausencia de una regulación estatal específica. Es imprescindible desarrollar la disposición final sexta de la Ley del Deporte para establecer una ley estatal de regulación profesional en el deporte.


Dicha ley debe garantizar que actividades de alta responsabilidad, como la preparación física o la readaptación físico-deportiva, sean ejercidas exclusivamente por titulados universitarios en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte que, además, estén colegiados. Esto no solo protege la salud de los deportistas, sino que asegura la prestación de servicios con rigor técnico y ética profesional.


La ausencia de esta regulación ha permitido que, en muchas ocasiones, personas sin la formación adecuada ejerzan funciones críticas, poniendo en riesgo la salud de los deportistas y afectando negativamente la calidad de la práctica deportiva. Porque la falta de regulación profesional en el deporte no es solo una cuestión administrativa; tiene consecuencias directas en la salud y la seguridad de los deportistas. Un entrenamiento inadecuado, una planificación errónea o una intervención deficiente en la readaptación de lesiones pueden derivar en problemas físicos graves e incluso poner en riesgo la salud y la vida de los deportistas.


En este sentido, el desarrollo de una regulación profesional permitiría garantizar que los profesionales que trabajan en el ámbito deportivo poseen las competencias necesarias para aplicar protocolos de intervención basados en la evidencia científica.


Señorías, la regulación profesional en el ámbito deportivo no puede seguir siendo una asignatura pendiente. Desde el Consejo COLEF instamos a esta Subcomisión a incluir en sus conclusiones la necesidad de una ley estatal de regulación profesional que garantice la cualificación, la supervisión y la seguridad en los servicios deportivos.


El desarrollo normativo que proponemos no solo protegería a los deportistas y reforzaría la profesionalización del sector, sino que también contribuiría a la mejora de la salud pública y a la consolidación de un sistema deportivo basado en la excelencia, la ética y la seguridad.


Como segundo punto, me gustaría hablar sobre los CONVENIOS COLECTIVOS DE LOS DEPORTES

porque, actualmente, solo contemplan a los deportistas, dejando fuera a otros profesionales esenciales que garantizan su rendimiento y bienestar. El Estatuto del Deportista debe instar a la inclusión de estas categorías en los convenios colectivos, garantizando condiciones laborales dignas para quienes trabajan en la preparación física, la salud deportiva y la gestión del rendimiento.


El reconocimiento formal de estos profesionales en los convenios colectivos no solo es una cuestión de equidad, sino también de seguridad para los deportistas. Trabajar en condiciones precarias o sin una cobertura adecuada puede afectar la calidad de los servicios prestados y, en consecuencia, el bienestar de los deportistas que dependen de ellos.


Que actualmente los convenios colectivos de fútbol, baloncesto o balonmano solo contemplen a los deportistas, excluyendo a entrenadores, preparadores físicos y otros profesionales esenciales, no solo supone una desprotección inaceptable para estos trabajadores, sino que también afecta negativamente a los propios deportistas, quienes dependen directamente de estos profesionales para su rendimiento, su seguridad y su bienestar físico y mental.


Un equipo no se compone únicamente de los jugadores. El éxito de cualquier deportista de élite depende en gran medida del trabajo de su equipo técnico y de los especialistas que le acompañan a lo largo de su carrera. Sin embargo, al no estar contemplados en los convenios colectivos, estos profesionales pueden verse sometidos a condiciones laborales precarias que repercuten en la calidad del servicio que prestan.


Si un preparador físico o un readaptador deportivo no cuenta con estabilidad laboral, con condiciones salariales adecuadas o con garantías de seguridad social, su capacidad para prestar un servicio óptimo se ve comprometida. Y cuando esto sucede, los primeros en verse afectados son los propios deportistas. Un entorno laboral precario para estos profesionales puede traducirse en un peor seguimiento de las cargas de trabajo, en una menor prevención de lesiones o en tiempos de recuperación inadecuados, lo que aumenta los riesgos físicos para los deportistas.


Si queremos que los deportistas rindan al máximo nivel, necesitamos que todos los profesionales que les rodean tengan garantías laborales que les permitan desarrollar su labor con rigor y estabilidad. La falta de reconocimiento en los convenios colectivos genera incertidumbre y desigualdad en el sector, afectando directamente a la planificación y la calidad del trabajo de los equipos técnicos.


En deportes como el fútbol, el baloncesto o el balonmano, donde la exigencia es extrema y las temporadas son largas e intensas, la rotación y la inestabilidad de los equipos de trabajo afectan negativamente al rendimiento de los jugadores. Si los profesionales del deporte tuvieran aseguradas sus condiciones laborales dentro de los convenios colectivos, los clubes y entidades deportivas podrían estructurar mejor sus cuerpos técnicos, generando dinámicas de trabajo más sólidas y eficientes, en beneficio de los deportistas y del espectáculo deportivo.


En la actualidad, mientras que algunos equipos pueden ofrecer estabilidad a sus equipos técnicos, otros recurren a contrataciones temporales, sueldos insuficientes o falta de seguridad social para los profesionales. Esta situación no solo es injusta para los trabajadores del sector, sino que compromete la calidad de la atención y el apoyo que reciben los deportistas.


Si los convenios colectivos incluyeran a todos los profesionales implicados en la preparación y recuperación de los jugadores, se garantizaría una estructura laboral homogénea que beneficiaría a toda la industria deportiva. Los deportistas tendrían la certeza de estar rodeados de equipos de trabajo estables y altamente cualificados, lo que se traduciría en una mayor seguridad en su desempeño y en una mejor planificación de su carrera profesional.


El reconocimiento de los profesionales del deporte en los convenios colectivos no es solo una cuestión de derechos laborales, sino una medida esencial para la profesionalización del sector. En las principales ligas de fútbol, baloncesto y balonmano, los deportistas dependen de entrenadores, preparadores físicos y otros especialistas cuya labor es imprescindible para evitar lesiones y maximizar su rendimiento.


Si estos profesionales estuvieran debidamente protegidos por los convenios colectivos, los clubes tendrían la obligación de garantizar su formación continua, de respetar las normativas de descanso y de asegurar una remuneración justa, lo que a su vez repercutiría en un entorno deportivo más seguro y estable para los propios deportistas.


Señorías, la inclusión de los profesionales del deporte en los convenios colectivos no solo es una cuestión de justicia laboral, sino también de seguridad y bienestar para los propios deportistas. No podemos seguir ignorando la realidad de que el rendimiento deportivo depende del trabajo de un equipo técnico cualificado y estable. La regulación de estas condiciones laborales no solo beneficiaría a los profesionales del deporte, sino que garantizaría un marco más seguro, justo y profesional para los deportistas que hoy en día son los únicos contemplados en estos convenios.


Desde el Consejo COLEF instamos a esta Subcomisión a incluir en sus conclusiones la necesidad de reformar los convenios colectivos del deporte para que incluyan a todos los profesionales esenciales en el rendimiento y la seguridad de los deportistas. Este es un paso necesario para mejorar la calidad del deporte en España y consolidar un modelo laboral más justo y eficiente.


Como tercer punto, me gustaría tratar LA EXENCIÓN DE EDUCACIÓN FÍSICA PARA DEPORTISTAS DE ALTO NIVEL

El Real Decreto 242/2009 permite que los deportistas de alto nivel sean eximidos de la materia de Educación Física en la Educación Secundaria y el Bachillerato. Sin embargo, esta medida es contraproducente, ya que priva a los estudiantes deportistas de una formación motriz global y de competencias esenciales para su desarrollo integral.


La Educación Física escolar desempeña un papel fundamental en la formación integral del alumnado, y su eliminación para deportistas de alto nivel supone una grave pérdida. Esta materia no solo tiene un componente físico, sino que contribuye al desarrollo de capacidades cognitivas, sociales y emocionales. La exclusión de esta asignatura refuerza una idea errónea de que la práctica deportiva especializada puede sustituir a la educación física general, cuando la evidencia científica demuestra lo contrario.


El Estatuto del Deportista debe derogar esta exención y garantizar una coordinación efectiva entre el profesorado de Educación Física y los equipos técnicos que trabajan en el rendimiento de los deportistas. La adaptación de la carga de trabajo físico en la escuela a las necesidades del deportista es posible sin necesidad de eliminar por completo la asignatura.


La Educación Física no es simplemente una materia escolar más; es la única asignatura que garantiza una formación motriz completa, fomenta hábitos saludables y desarrolla competencias clave en la vida de cualquier persona, incluidas aquellas que dedican su vida al deporte de alto rendimiento. La exención de esta asignatura para deportistas de alto nivel ignora la importancia de la educación motriz diversificada y su impacto en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los jóvenes.


Los deportistas de alto nivel suelen especializarse en una disciplina desde edades tempranas, lo que, paradójicamente, limita su alfabetización motriz general. La Educación Física escolar les permite explorar otras formas de movimiento, mejorar su coordinación general y prevenir descompensaciones físicas derivadas de la especialización prematura. Eximirlos de esta materia los priva de una formación complementaria y esencial.


La ciencia ha demostrado que la especialización temprana en una sola disciplina deportiva puede derivar en problemas de salud física y mental. Diversos estudios han evidenciado que la repetición de los mismos patrones de movimiento a edades tempranas incrementa el riesgo de lesiones por sobreuso, afectando la longevidad de la carrera deportiva e incluso la calidad de vida tras la retirada.


La Educación Física escolar actúa como un elemento protector, proporcionando experiencias motrices variadas y compensando los posibles desequilibrios que surgen de la especialización. Es una oportunidad para que los deportistas desarrollen habilidades que pueden serles útiles no solo en su disciplina, sino en su vida cotidiana y en la transición a la etapa post-deportiva.


Permitir la exención de la Educación Física para un grupo de estudiantes supone una contradicción con los principios de equidad educativa. Se parte de la idea errónea de que los deportistas de alto nivel ya tienen una formación física suficiente, cuando en realidad su práctica deportiva no está diseñada con los mismos objetivos pedagógicos y de desarrollo integral que la Educación Física escolar.


La exención también transmite un mensaje erróneo a la sociedad: que la Educación Física es prescindible para quienes ya practican deporte. Esta idea atenta contra los valores de la educación y la salud pública, promoviendo la visión reduccionista de que la actividad física y deportiva se limita a la preparación competitiva y no al desarrollo integral de la persona.


El camino no pasa por eliminar la Educación Física, sino por garantizar una mejor coordinación entre los docentes de la materia y los entrenadores responsables de la preparación de los deportistas de alto nivel. Se pueden implementar adaptaciones curriculares individuales que tengan en cuenta la carga de entrenamiento y la planificación deportiva de los alumnos, sin privarlos de los beneficios educativos de la asignatura.


El profesorado de Educación Física está capacitado para realizar adaptaciones pedagógicas que permitan a los deportistas compaginar su carga de entrenamiento con la asistencia a las clases de Educación Física. En lugar de eximirlos, se podrían establecer modelos de evaluación flexible que consideren su contexto deportivo sin renunciar a los objetivos educativos de la asignatura.


Señorías, la exención de la Educación Física para los deportistas de alto nivel es una medida obsoleta que debe ser eliminada. La Educación Física es una asignatura fundamental para el desarrollo integral de los jóvenes, incluidos aquellos que aspiran a una carrera en el deporte profesional. Excluir a estos estudiantes de esta formación es un error que puede tener repercusiones a largo plazo en su salud, su preparación y su bienestar.


Desde el Consejo COLEF instamos a esta Subcomisión a incluir en sus conclusiones la necesidad de derogar la exención de la Educación Física para deportistas de alto nivel y sustituirla por un modelo de adaptaciones curriculares que garantice su participación en la asignatura sin afectar su rendimiento deportivo.


Como cuarto punto, trataré LA INSERCIÓN LABORAL Y LA CARRERA DUAL

El deporte de alto nivel implica una dedicación plena y exige esfuerzos físicos y mentales extraordinarios. Sin embargo, la carrera deportiva es limitada en el tiempo y, en la mayoría de los casos, los deportistas se enfrentan a grandes dificultades cuando deben integrarse en el mercado laboral tras su retirada. La falta de medidas estructuradas que faciliten esta transición genera incertidumbre y, en muchos casos, situaciones de vulnerabilidad.


El concepto de carrera dual es fundamental para garantizar que los deportistas puedan desarrollar su formación académica o profesional en paralelo a su actividad deportiva. En España existen avances en este sentido, pero aún persisten barreras que dificultan el acceso a estudios superiores y oportunidades laborales para los deportistas en activo.


Es esencial que se implementen medidas concretas para facilitar la compatibilidad entre la práctica deportiva y la formación, como la flexibilización de horarios, la adaptación de la evaluación académica y el desarrollo de programas de tutorización. La coordinación entre las universidades, los centros de formación profesional y las entidades deportivas debe fortalecerse para que la carrera dual no sea una opción limitada, sino una garantía real para todos los deportistas.


Una de las medidas clave para mejorar la inserción laboral de los deportistas es el acceso preferente a estudios oficiales relacionados con el deporte. Actualmente, el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte ya contempla esta posibilidad, pero es necesario ampliar esta medida a otras titulaciones y estudios de formación profesional vinculados al deporte.


Al mismo tiempo, debe garantizarse que los deportistas tengan acceso a facilidades administrativas en cualquier tipo de formación, permitiendo que puedan completar sus estudios sin que su rendimiento deportivo se vea afectado.


Por otra parte, un error común en la inserción laboral de los deportistas es asumir que su experiencia en la competición les capacita automáticamente para desempeñar funciones profesionales dentro del ámbito deportivo. Si bien la experiencia acumulada como deportistas es valiosa, la profesionalización del sector exige que quienes ocupen puestos de responsabilidad posean formación específica y acreditada.


Por ello, es fundamental evitar la práctica habitual de situar a exdeportistas en cargos de dirección, entrenamiento o gestión sin la formación necesaria. En su lugar, deben impulsarse programas que les permitan adquirir las titulaciones y acreditaciones oficiales necesarias para desempeñar sus funciones con garantías.


Señorías, la inserción laboral de los deportistas no debe ser una cuestión secundaria. Debemos garantizar que aquellos que han dedicado su vida a la competición puedan acceder a una segunda carrera con las mejores condiciones posibles. La transición profesional de los deportistas es un asunto de justicia, pero también de aprovechamiento del talento y de profesionalización del sector deportivo.


Desde el Consejo COLEF instamos a esta Subcomisión a incluir en sus conclusiones la necesidad de fortalecer la carrera dual y ampliar el acceso a estudios oficiales, pero también a evitar el acceso directo a puestos sin la cualificación necesaria.


Por último, quiero hablarles de la DEDUCCIÓN DE LOS SERVICIOS DEPORTIVOS EN EL IRPF

Esta medida no solo fomentaría hábitos saludables y mejoraría la salud pública, sino que también contribuiría de manera decisiva a la ampliación de la base de practicantes deportivos, lo que en el largo plazo se traduciría en un mayor desarrollo del talento deportivo y en la consolidación de una élite de deportistas profesionales más numerosa y preparada.


Uno de los mayores retos para el desarrollo del deporte de alto nivel en España es la captación y formación de talento desde edades tempranas. Cuantas más personas tengan acceso a la práctica deportiva regular, mayor será el número de jóvenes que podrán desarrollar habilidades deportivas y, eventualmente, alcanzar el rendimiento necesario para competir en el máximo nivel.


La inclusión de los servicios deportivos en el IRPF incentivaría a las familias a inscribir a sus hijos en programas deportivos, academias, clubes y centros especializados sin que el factor económico sea una barrera determinante. De este modo, se podría garantizar que el talento deportivo aflore de manera equitativa, sin que las diferencias socioeconómicas limiten las oportunidades de acceso a la formación deportiva de calidad.


Al aumentar el número de personas que practican deporte de manera regular, también se fortalecería el sector deportivo en su conjunto. La mayor demanda de entrenadores, preparadores físicos y otros profesionales del deporte propiciaría un mercado laboral más estructurado y profesionalizado, generando un ecosistema que, en última instancia, favorecerá la detección y el desarrollo de talentos deportivos.


Este efecto multiplicador permitiría la consolidación de programas de captación de talento y la mejora de los sistemas de detección temprana, facilitando que aquellos jóvenes con potencial sean identificados y reciban la formación necesaria para alcanzar el alto rendimiento.


Y es que, hoy en día, el acceso a entrenamientos estructurados y programas de tecnificación deportiva puede verse limitado por cuestiones económicas. La introducción de una deducción fiscal para los servicios deportivos en el IRPF haría que el deporte sea más accesible para todas las capas de la sociedad, permitiendo que más jóvenes tengan la oportunidad de entrenar en condiciones idóneas.


Esta medida no solo tendría un impacto positivo en la inclusión social y la equidad en el acceso al deporte, sino que también incrementaría la cantidad de talentos emergentes en diferentes disciplinas deportivas, ampliando el potencial de España como referente en el deporte de alto nivel.


En otros países la aplicación de incentivos fiscales ha logrado incrementar de forma significativa la base de practicantes deportivos, lo que ha repercutido en una mayor cantidad de atletas de alto nivel. Estos modelos han demostrado que una mayor inversión en el acceso a la práctica deportiva se traduce, a largo plazo, en un crecimiento del talento competitivo y en la mejora de los resultados en competiciones internacionales.


Siguiendo estos precedentes, España podría aplicar una estrategia similar, garantizando un flujo constante de nuevos talentos que puedan nutrir tanto el deporte profesional como la industria del bienestar y la salud.


Señorías, la práctica deportiva es el primer paso para el desarrollo de grandes deportistas. Si queremos fortalecer el deporte de élite en nuestro país, debemos empezar por garantizar que el mayor número posible de personas tenga acceso a la actividad física y deportiva desde la infancia hasta la adultez.


La deducción en el IRPF de los servicios deportivos no solo incentivaría la participación en la actividad física y deportiva y mejoraría la salud pública, sino que también sería una inversión en la detección y desarrollo de talentos deportivos, asegurando que España cuente con una base sólida de atletas en el futuro.


Desde el Consejo COLEF instamos a esta Subcomisión a considerar esta medida como parte de una estrategia integral para la promoción del deporte y el fortalecimiento del talento deportivo en nuestro país. Con un enfoque adecuado, podemos garantizar que el acceso a la práctica deportiva sea un derecho al alcance de todos y una fuente continua de nuevos deportistas de élite.




En definitiva, el Estatuto del Deportista es una oportunidad histórica para fortalecer los derechos y garantías de las personas que practican deporte en España. Desde el Consejo COLEF instamos a esta Subcomisión a incluir estas medidas en sus conclusiones, asegurando que el desarrollo normativo proteja a los deportistas, refuerce la ética profesional en el sector y promueva la educación física, la actividad física y el deporte como un elemento esencial para la salud y el bienestar de la sociedad.





Cuantas más personas estemos colegiadas, más se escucharán nuestras voces.

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