EL CONSEJO COLEF SE ADHIERE AL MANIFIESTO DE RIASPORT POR UNA PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICA SEGURA
Educadores/as físico deportivos/as especialistas en gestión y dirección, junto con otros profesionales, establecieron protocolos para sus servicios e instalaciones velando por ejecutar las medidas indicadas en la normativa específica, y también lo indicado en el Código Deontológico de la profesión, en concreto haciendo grandes esfuerzos por el cumplimiento en estas circunstancias del artículo 31 del mismo, que obliga a que “no se ofrezcan servicios sin la debida dotación de medios humanos y materiales”.
Desde el Consejo General de la Educación Física y Deportiva (Consejo COLEF) nos adherimos al Manifiesto de la Red Estatal de Investigación Aplicada sobre Seguridad Deportiva (RIASPORT) por una práctica de Actividad Física Segura, que señala “no estar de acuerdo con el cese de la actividad de los centros e instalaciones deportivas en ningún lugar del territorio nacional, sin la supervisión de profesionales, tanto en centros deportivos de titularidad pública como privada”.
Dada la importancia de la práctica físico-deportiva para la salud pública, reconocido esto por los propios organismos sanitarios en la estrategia normativa de desescalada, y que “el gasto derivado de la inactividad física, estimado para el año 2020 es superior a los 1.800 millones de euros”, los servicios y centros deportivos debieran considerarse esenciales.
La clausura de estos centros y servicios no solo afecta a la economía del sector, sino también a la salud de la población, que como están demostrando las recientes evidencias que describen los cambios producidos en los últimos meses, muestran un panorama desolador derivado en parte de la falta de atención a los estilos de vida activos.
Necesitamos que la ciudadanía cumpla con los niveles de actividad física recomendados por la OMS, y por el propio Ministerio de Sanidad. Sin embargo, gran parte de la población necesita que su práctica físico-deportiva sea supervisada por profesionales cualificados, pues su conocimiento y experiencia motriz no es suficiente para abordarla con seguridad. Se debe tener en cuenta que sin supervisión profesional de la técnica de ejecución, la intensidad del trabajo o el volumen, la seguridad disminuye considerablemente y aumenta el riesgo de lesiones.
Por ello, las instalaciones y servicios deportivos son espacios seguros y saludables, siempre y cuando haya profesionales con la cualificación adecuada a las funciones que desempeñan. En relación con la situación que ha provocado la pandemia, el sector procuró la apertura de centros y servicios aplicando aún más medidas de las solicitadas por norma. Educadores/as físico deportivos/as especialistas en gestión y dirección, junto con otros profesionales, establecieron protocolos para sus servicios e instalaciones velando por ejecutar las medidas indicadas en la normativa específica, y también lo indicado en el Código Deontológico de la profesión, en concreto haciendo grandes esfuerzos por el cumplimiento en estas circunstancias del artículo 31 del mismo, que obliga a que “no se ofrezcan servicios sin la debida dotación de medios humanos y materiales”.
Antes de decretar cierres que no solo socavan la economía del sector, sino que siguen haciendo estragos en la salud pública por falta de actividad física o por una práctica físico-deportiva inadecuada, es necesario que desde los órganos de toma de decisiones cuenten con educadores/as físico deportivos/as (profesionales colegiados/as con titulación universitaria en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte) para establecer las medidas obligatorias en los establecimientos y servicios deportivos, dirigidas a la prevención de contagios, y que en cualquier caso estén avaladas por evidencias científicas.
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