EDUARDO MADRERA MAYOR
Doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la Universidad de León. Profesor de Educación Física funcionario de carrera de Enseñanza Secundaria en el Principado de Asturias. Colegiado nº 9890
Análisis del sistema de titulaciones, su relación con el espacio profesional y la regulación del ejercicio de las profesiones en el ámbito de la actividad física y del deporte
Frase clave: "El Estado debería pronunciarse pronto definiendo, al menos, una profesión titulada en el ámbito de las ciencias de la actividad física y del deporte"
Después de estos años de investigación que culminan con su brillante tesis doctoral titulada “Análisis del sistema de titulaciones, su relación con el espacio profesional y la regulación del ejercicio de las profesiones en el ámbito de la actividad física y del deporte”, ¿qué valoración realiza a nivel general tras la presentación y defensa de su trabajo el pasado mes de enero?
En primer término se reconoce una actuación de los poderes públicos que ha provisto un mapa de titulaciones conformado de manera desordenada en su estructura general. Es evidente que algo no está funcionando como esperábamos, profundizando más aún en la materia se comprueban las divergencias que aún presentan los diseños de las titulaciones académicas. Todo ello complica desde la base del sistema de formación, las posibles iniciativas o nuevos intentos de regulación por parte del Estado, tanto desde la perspectiva formativa como profesional, en el acceso a actividades y ocupaciones propias del ámbito al que se adscriben. Esta realidad viene a confirmarse más aún desde el punto de vista de la empleabilidad donde, para un empresario del sector y en la mayor parte de las ocasiones, no se tiene en consideración la diferencia entre un profesional titulado universitario y otro que no lo sea. Nos encontramos en un momento cada día más complejo y de difícil reversibilidad
Existen en España en la actualidad más de 40 centros dedicados a la impartición del grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte con aproximadamente 50.000 titulados universitarios ejerciendo labores profesionales en un mercado que poco o muy poco sabe identificar el valor que tiene para un usuario contar con los profesionales adecuados, ¿cómo definiría la situación actual de estos titulados superiores?
Personalmente reconozco especial preocupación ahora por el futuro y más concretamente por el colectivo joven que año tras año finaliza sus estudios. La garantía para una adecuada y unívoca ordenación del espacio profesional demanda el impulso de actuaciones que eviten la fragmentación del mercado desde el punto de vista de la empleabilidad, lo que claramente se deduce de la identificación de ocupaciones a la que conduce el estudio realizado de las competencias profesionales. Asimismo, se hace preciso una construcción gradual y conceptual clara que diferencie cuándo un servicio o prestación debe disponer de una marcada exigencia técnica-científica a nivel profesional y cuándo no. La ausencia de profesión titulada y el reconocimiento de formaciones de técnicos en el ámbito de la actividad física y del deporte dentro del Espacio Superior de Educación, obstaculizan más aún la posibilidad real de definir un sistema de títulos jerárquico y ordenado.
Este año 2016, como ya venían siendo los anteriores desde 2008, ha sido un periodo prolijo y diverso en todo tipo de actuaciones autonómicas de regulación. El Estado, desde hace tiempo con varios intentos fallidos, ha dejado en manos de las CCAA este cometido. ¿Cuál es su principal consideración a través del trabajo realizado en la Universidad de León respecto al escenario nacional para la regulación?
Si hubiera que definir con una palabra hablaríamos de “difícil” escenario. La realidad absoluta es que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, hacienda y economía, convergencia al modelo y directrices europeas, reformas en las administraciones públicas, etc, incrementan las dificultades. A todo esto debe añadirse también, la merma del interés que ha procurado el Estado en invertir sobre el valor de la cualificación y que se manifiesta igualmente en los niveles de gasto de los últimos años con disminución en la apuesta por estudios superiores frente a otros de menor rango. Todo ello provoca situaciones de exclusión laboral de personas cuya formación viene determinada por las titulaciones que concurren en el espacio profesional de la actividad física y del deporte. En muchos casos cohabitan diferentes normativas deportivas y educativas de diverso origen y condición, que si bien coinciden reiteradamente en la importancia de garantizar un servicio profesional que asegure desde el punto de vista del practicante su salud y su seguridad, no ayudan tampoco a dar solución final a este problema.
Comentaba la difícil identificación de profesionales titulados y sus niveles de competencia desde el punto de vista de la empleabilidad. Habiendo analizado también en una fase del trabajo desarrollado en la tesis doctoral el espacio profesional desde una perspectiva reciente hasta la actualidad, ¿cuáles son las principales causas que podrían motivar bajo consenso y escasa identificación de nomenclaturas en la conformación de profesiones, ocupaciones y empleos del sector?
Ya desde el siglo pasado se viene estudiando la preocupación por definir áreas de especialización concretas. Existe una tendencia evidente a acentuar la partición del espacio profesional en sectores y subsectores tradicionalmente identificados. Dicha desestructuración no permite diferenciar con claridad los niveles y perfiles profesionales para los que el sistema educativo realiza la formación, dificulta la identificación de un núcleo homogéneo de los mismos e impide su relación directa con el campo de actuación y la posición a ocupar en ese espacio. Desde siempre se han primado perspectivas económicas y de mercado de trabajo frente a identificadores que considerasen capacidades, pericias y competencias como unidades básicas de evidencia en el acceso a la profesión. Poco o muy poco se ha favorecido así la consolidación de una reserva de espacio profesional que pudiera acoger de manera clara al grueso de titulados universitarios graduados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Desde el comienzo de esta entrevista, ha hecho usted cita y recorrido por aspectos clave dentro del sistema de formación, ocupación y regulación. Es innegable que existe un interés público y necesidad social para regular la profesión, ¿cómo podría finalmente ayudarnos a vislumbrar un escenario adecuado que permita en el futuro impulsar nuevas actuaciones que aclaren la reiterada confusión descrita?
Si, desde un análisis como este resulta sencillo pronunciarse. La configuración de una realidad social y profesional presidida por regulaciones autonómicas del ejercicio de las profesiones de la actividad física y del deporte vulnera el marco constitucional, acentúa la escasa o nula voluntad de desarrollar normas que puedan garantizar condiciones de práctica saludable y segura y representa una seria amenaza de ruptura de la unidad de mercado. Por tanto, esta necesaria regulación del ejercicio profesional debiera acometerse en términos básicos por el legislador estatal, en primer lugar y de forma prioritaria, gracias al establecimiento de al menos una profesión titulada supeditada al Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Sólo así podrán evitarse la usurpación de competencias de las CCAA y con ello el surgimiento de nuevos escenarios de confusión.
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