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Día Mundial de la Columna Vertebral: ejercicio, un aliado contra el dolor

Actualizado: 21 ago 2020



DÍA MUNDIAL DE LA COLUMNA VERTEBRAL: ¿PUEDE EL EJERCICIO FÍSICO MEJORAR EL DOLOR DE ESPALDA?


Día Mundial de la Columna Vertebral: el ejercicio físico, guiado por un/a educador/a físico deportivo/a, puede ayudar a eliminar malos hábitos posturales y patrones incorrectos que favorecen el dolor de espalda.

En el Día Mundial de la Columna Vertebral el Consejo General de la Educación Física y Deportiva quiere recordar que el ejercicio físico en un aliado para prevenir y mejorar el dolor de espalda, siempre y cuando se realice bajo las pautas de profesionales cualificados para ello, es decir, educadores/as físico deportivos/as.


Por D. Alejandro Vera Carrasco, col. 58.112, miembro del Comité de educación físico deportiva en el ámbito sociosanitario del Consejo COLEF, entrenador en Éxito28Madrid.


Sufrir algún tipo de dolor es cada vez más común en España. En 2018 el 93% de la población sufrió algún tipo de dolor, lo cual sitúa a nuestro país como el cuarto país con mayor incidencia, por detrás de Portugal, Canadá y Australia, siendo especialmente común en el trabajo, con un 58%, afectando al desempeño en el mismo y suponiendo más de 11.000 millones de euros al Estado [1].


Si analizamos las principales zonas de dolor, encontramos que las tres primeras son la espalda (95%), la zona lumbar (91%) y la zona cervical (89%) [1], es decir las tres curvaturas que forman la columna vertebral [2].

Si analizamos más a fondo los tipos de lesiones que se producen en la columna, podemos observar que las más comunes son: las hernias o protusiones discales, aplastamiento discal, enfermedad discal degenerativa, espondilolistesis, ciática, sensaciones irradiadas, estenosis, dolor muscular, desgarro o distensión de ligamentos, escoliosis, inhibición muscular y daños por traumatismos [3].


Por lo tanto, antes de comenzar un tratamiento para el dolor de espalda, se debe realizar una valoración previa, para diagnosticar el motivo del dolor de espalda, y a partir de ahí, establecer un protocolo de actuación en el que debería intervenir un equipo multidisciplinar formado por profesionales de la medicina, la farmacia, la fisioterapia y la educación física y deportiva.


Muchas veces la figura del profesional de la educación física y deportiva no se ha considerado en este tipo de patologías, pero es de vital importancia, ya que el dolor de espalda se puede producir por malas posturas o por patrones de movimiento erróneos [3], y con los tratamientos médicos, farmacológicos y fisioterapéuticos, es posible que se eliminen los síntomas del dolor, pero con el tiempo, si no conseguimos eliminar esos malos hábitos posturales y patrones incorrectos, reaparecerán los síntomas. La forma de evitar esto es mediante el ejercicio físico, guiado por un/a educador/a físico deportivo/a.


Otro de los principales errores a la hora del tratamiento es recomendar el reposo, ya que este tipo de patologías crónicas tienden a empeorar con la falta de actividad, por lo que debemos realizar actividades libres de dolor, por ejemplo, evitar sentarme durante tiempos prolongados si esto empeora mi dolor de espalda [3].


Además, las clásicas recomendaciones de natación, yoga o pilates pueden no ser las adecuadas para el tratamiento del dolor de espalda, e incluso podrían resultar perjudiciales, debido a que las causas que provocan el dolor son distintas en cada persona. Por lo tanto, el tipo de entrenamiento debe ser individualizado por los/as profesionales preparados/as para ello, es decir, por educadores/as físico deportivos/as.


Uno de los factores principales a la hora de mejorar los patrones de movimiento y eliminar esta causa de dolor es el entrenamiento de la faja abdominal. El trabajo de estabilidad de esta zona puede prevenir movimientos dolorosos en las articulaciones entre las vértebras [4], permitiendo una mayor movilidad a los hombros y las caderas [5].


Por último, si queremos mejorar nuestra salud de espalda, podemos incluir sencillas acciones en nuestro día a día, evitando patrones de movimiento que pueden resultar perjudiciales, como evitar arquear la espalda por ejemplo al levantarnos de una silla, o la torsión y la rotación en gestos cotidianos [5].


REFERENCIAS:

  1. Grupo GSK. El Barómetro del dolor [Consultado 13 Sep 2019] Disponible en https://es.gsk.com/es-es/innovacion-responsable/salud-a-tu-alcance/el-barometro-del-dolor-el-compromiso-de-gsk-para-analizar-el-dolor-y-sus-causas/

  2. Gilroy, A., MacPherson, B., Ross, L., Voll, M., & Wesker, K. Atlas de anatomía: Prometheus. Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2009.

  3. McGill, S. El mecánico de la espalda. Argentina: Auroes de Argentina, 2015.

  4. Cavaggioni, L., Ongaro, L., Zannin, E., Iaia, F.M., Alberti, G. Effects of different core exercises on respiratory parameters and abdominal strength. J. Phys. Ther. Sci. 2015. 27(10): 3249-3253.

  5. Boyle, M. El entrenamiento funcional aplicado a los deportes. Ediciones Tutor, SA, 2017.

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