RECETA DEPORTIVA: ENTREVISTA A JULIO RUBÉN PADILLA
Julio Rubén Padilla (col. 61.443 de COPLEF Madrid) ha trabajado e investigado en ejercicio físico y cáncer. Destaca su labor investigadora desde 2014 en diferentes unidades hospitalarias: Hospital Universitario Gregorio Marañón (2014), Hospital Infantil Universitario Niño Jesús (2011-2016), Hospital Internacional Ruber, Instituto Baselga (2017).
¿Qué significa la receta deportiva para usted?
Desde mi punto de vista, la receta deportiva es aquella “píldora” de ejercicio físico que cada uno de nosotros debería “tomar”, creando una práctica de ejercicio físico efectiva, segura e individualizada, modulando las diferentes características que conforman la dosis de entrenamiento (frecuencia, duración, intensidad y modo). El ejercicio físico podría tener una doble finalidad, pudiendo ser:
Preventiva, cuando se aplica en la población sana, cuyo objetivo es el de evitar la aparición de enfermedades o retrasar al máximo la misma.
Terapéutica, cuando la prescripción del ejercicio (dosis de entrenamiento) se encamina a mejorar la condición física, calidad de vida, evitar efectos adversos o ser parte activa en el tratamiento multiterápico de la enfermedad cuando ésta ya se ha instaurado.
Además, alcanzar una alta adherencia al entrenamiento condicionará la calidad del mismo y la de los beneficios adquiridos a través del mismo.
Es conocida su labor en el campo de la investigación en ejercicio físico para la salud. ¿Cómo se produjo su integración en estos proyectos? ¿Cómo ha sido su experiencia?
Al terminar la licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CCAFYDE), cursé un Máster Oficial de Actividad Física y Salud, especializándome en el itinerario de salud, y tuve la posibilidad de trabajar posteriormente en un grupo de investigación puntero en esta área, compuesto de profesionales sanitarios (médicos y enfermeras), psicólogos y educadores físico deportivos, y que posteriormente me condujo a la realización de mi tesis doctoral (julio del 2018).
Este proyecto ha sido llevado a cabo en la unidad de onco-hematología pediátrica en un hospital, desarrollando un programa de ejercicio físico en pacientes pediátricos con cáncer durante la fase de tratamiento para valorar sus efectos sobre diferentes variables de condición física, calidad de vida y niveles de actividad física.
Mi experiencia en este proyecto fue muy importante, no sólo a nivel profesional sino también a nivel personal, marcando un punto de inflexión en mi perspectiva global. Por un lado, el apasionante contacto con los pacientes me generó un vínculo extraordinario que, sin duda, merece la pena continuar, mientras que el posterior análisis de los datos obtenidos y su publicación provoca una curiosidad científica que satisface el objetivo del investigador.
Además, me considero afortunado de haber trabajado en este grupo de investigación, con profesionales altamente cualificados (tanto a nivel personal como profesional) y eso es una ventaja a la hora de desarrollar un trabajo de calidad.
Existen programas de derivación de pacientes a centros deportivos, y otros que se realizan en los propios centros sanitarios. ¿Qué valor tiene para los pacientes que se integren educadores físicos deportivos, y por tanto el ejercicio físico, dentro de unidades hospitalarias?
Esta pregunta es clave en la labor profesional del educador físico deportivo. Como mencioné en la primera pregunta, el valor del ejercicio físico es incalculable, no sólo a nivel de prevención de enfermedades y todos sus costes económicos derivados que se ahorrarían a la seguridad social, sino también en la fase de tratamiento y su valioso efecto terapéutico que posee. Permítame desarrollar con mayor profundidad cada uno de estos puntos.
En el primero, el ejercicio, al igual que la nutrición, son herramientas claves para evitar enfermedades muy incidentes (con una alta epidemiología) en las sociedades desarrolladas, en las que si trabajamos en equipo seremos capaces de evitar que se instauren y con ello evitar los costes económicos que derivan de su tratamiento (obesidad y síndrome metabólico entre otras), existiendo en la actualidad una alta evidencia científica en el valor del ejercicio físico en su prevención.
En segundo lugar, así como hemos observado en nuestro proyecto, el ejercicio físico podría generar una serie de beneficios multisistémicos derivados de su efecto terapéutico.
En caso de que no se aplicasen estos proyectos de investigación pioneros, innovadores y novedosos llevados a cabo por equipos multidisciplinares (en los que los CCAFYDE estamos presentes prescribiendo esta herramienta), los pacientes no se beneficiarían de los mismos. Y pese a que necesitamos mayor formación en salud que puede paliarse con una especialización en el itinerario de salud, los titulados en CCAFYDE hemos estudiado la única carrera universitaria, cuyo plan de estudios se centra en este ámbito, por lo que esta figura especializada en ejercicio es imprescindible en estos proyectos.
A pesar de ello, soy fiel defensor del trabajo en equipo multidisciplinar (médicos, enfermeros, psicólogos), habiendo colaborado muy estrechamente con el colectivo de fisioterapeutas, centrándose cada profesional en su área a pesar de tener líneas muy paralelas (sin realizar intrusismo ninguno de los dos colectivos).
Por todo lo mencionado anteriormente, creo que es fundamental incluir programas de ejercicio físico en los centros de salud y en las unidades hospitalarias y mi experiencia en oncología pediátrica constata el gran beneficio que estos pacientes obtienen a lo largo de su tratamiento gracias a los proyectos de investigación con ejercicio físico.
Los protocolos de ejercicio físico para la salud en proyectos de investigación tienen peculiaridades que hacen que se diferencien de la práctica comunitaria de prescripción de ejercicio físico. ¿Podría indicarnos las diferencias fundamentales? ¿Qué sería necesario implementar en las unidades hospitalarias para articular la aplicación práctica de los proyectos de investigación en los que usted ha trabajado?
Tanto en población sana como en población especial, el ejercicio físico debe estar correctamente prescrito, ajustando e individualizando sus características a las personas. No obstante, una serie de factores podrían determinar la diferente prescripción entre ambos ámbitos:
Valoración del estado de salud previo de los pacientes, generando una anamnesis para conocer al paciente y manteniendo un contacto continuo con los médicos.
Valoración exhaustiva de la condición física, calidad de vida y niveles de actividad física, recogiendo información sobre su historial deportivo, gustos, preferencias, etc.
Valorar, antes de las sesiones, diferentes parámetros que pueden influir en la realización del ejercicio físico, como situaciones de anemia, neutropenia, situaciones febriles, dolores generalizados, entre otros.
Monitorización profunda de los parámetros sobre los cuales afecta el ejercicio, entre los que destacan la frecuencia cardiaca, saturación de oxígeno y análisis de lactato.
Control de las comorbilidades clínicas que puedan afectar a la práctica del ejercicio físico.
Adaptación de los materiales utilizados y espacios/ambientes en función a las características de los pacientes (ambientes secos vs. húmedo, dotación de espacios deportivos en hospitales y centros de salud).
La programación/periodización del programa de entrenamiento en población especial es compleja, ya que obliga a realizar múltiples y continuos cambios y adaptaciones en función a las características cambiantes de los pacientes.
Estos factores podrían ser condicionantes de la calidad del entrenamiento entre los ámbitos mencionados anteriormente. Por todo ello, tanto los hospitales como los centros de salud necesitarían:
Materiales deportivos diversos, como máquinas de fuerza, ergómetros de ejercicio aeróbico, material deportivo (que posea características de fácil traslado en el hospital, para poder moverlos por diferentes áreas o incluso a las habitaciones de ingreso), herramientas para monitorizar y valorar las variables que permitan medir los beneficios alcanzados por la práctica de ejercicio, entre otros.
Espacio, no siendo necesario que posea grandes dimensiones, pero sí un espacio propio en el que poder instalar maquinas de movilidad compleja, y otros tipos de materiales transportables.
Recursos humanos (grupo de investigación), entre ellos educadores físico deportivos, para poder programar, estructurar, dirigir y llevar a cabo las diferentes sesiones de ejercicio físico, creando una práctica de ejercicio físico segura, fiable e individualizada.
Recursos económicos, becas, subvenciones, etc, para poder realizar con éxito el programa.
En este sentido, el Ministerio de Sanidad debería tener en consideración, a través de la evidencia científica, los grandes y potenciales beneficios del ejercicio físico en estos dos ámbitos, e introducir esta herramienta, de bajo coste y muy efectiva, como parte activa del tratamiento multiterápico sin poseer efectos adversos.
RECETA DEPORTIVA:
RECOGIDA DE INFORMACIÓN PARA EL ESTABLECIMIENTO DE NIVELES DE BUENAS PRÁCTICAS PROFESIONALES EN EL ÁMBITO DEL EJERCICIO FÍSICO ORIENTADO A LA SALUD
Los Colegios Profesionales autonómicos en coordinación con el Consejo COLEF están recogiendo información para el establecimiento de niveles de buenas prácticas de ejercicio físico para la salud en el ámbito sanitario con la incorporación de educadores físico deportivos o la derivación de pacientes a los centros deportivos. Ambas formas de desarrollar la famosa “receta deportiva” son la clave para que la prescripción de ejercicio físico sea efectiva.
Si eres un profesional que trabaje o haya trabajado en un centro que lleve a cabo este tipo de prácticas, te invitamos a que rellenes el formulario que corresponda a la modalidad en la que se integra tu programa:
EDUCADORES/AS FÍSICO DEPORTIVOS/AS EN CENTROS SANITARIOS
Este formulario servirá para registrar las buenas prácticas realizadas en centros sanitarios de cualquier tipo (hospitales, centros de salud, clínicas de fisioterapia, clínicas nutricionales, etc.) en las que se haya incorporado la figura del educador físico deportivo (EFD, titulado universitario en CCAFYDE) como parte del personal que presta servicios en los mismos.
PROGRAMAS DE DERIVACIÓN DE PACIENTES A CENTROS DEPORTIVOS
Este formulario servirá para registrar las buenas prácticas realizadas en centros sanitarios de cualquier tipo (hospitales, centros de salud, clínicas de fisioterapia, clínicas nutricionales, etc.) en los que deriven a sus pacientes a centros deportivos de manera sistemática como parte de un programa, donde son atendidos por educadores físico deportivos.
¿Quién puede cumplimentar el formulario?
El formulario está abierto para ser cumplimentado no solo por Educadores/as Físico Deportivos/as, sino también por cualquier profesional que esté integrado y/o conozca de primera mano las prácticas que se desarrollan en el centro al que se refiera. Es decir, personal médico, de enfermería, de fisioterapia, de psicología, nutricionistas, de terapia ocupacional, de podología, otras profesiones sanitarias, o incluso personal de gestión de los centros.
Las prácticas pueden estar realizándose actualmente, o haber sido experiencias que ya han finalizado.
Objetivos y aplicaciones prácticas
Toda la información recopilada se tratará con carácter científico para la realización de un estudio sobre el estado actual de las prácticas de ejercicio físico para la salud en centros sanitarios. Los resultados se plasmarán como producción científica en artículos, comunicaciones y pósteres. El análisis de los resultados servirá también para establecer niveles de buenas prácticas de ejercicio físico para la salud en el ámbito sanitario y así elaborar una guía que pueda orientar los futuros programas que se implementen.
Además de todo esto, a nivel profesional, se podrá contar con una base de datos que agregue más argumentos y evidencias a la labor actual de muchos educadores físico deportivos que ya trabajan en el ámbito sanitario de la mano de equipos multidisciplinares.
¿Hay una fecha límite para registrar las prácticas?
Los formularios estarán habilitados en su primera fase hasta el viernes 9 de noviembre de 2018 a las 23:59 h.
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