
DÍA MUNDIAL CONTRA LA OBESIDAD:
EL EJERCICIO FÍSICO COMO HERRAMIENTA
12 de noviembre
Día Mundial contra la Obesidad: “Atendiendo a que el sedentarismo provoca el aumento de la obesidad, que el ejercicio físico puede combatirla y a que España se encuentra en situación alarmante con respecto a el presente y el futuro de ésta (observando las cifras de obesidad infantil), se muestra necesario la inclusión del ejercicio físico como herramienta sociosanitaria para conseguir mejoras al respecto”. Dra. Lidia Brea.
El ejercicio físico es una herramienta muy potente para combatir la obesidad, especialmente porque ésta se asocia a niveles de sedentarismo e inactividad física preocupantes. Por eso, en el Día Mundial contra la Obesidad, el Consejo General de la Educación Física y Deportiva trae un artículo divulgativo de interés realizado por una experta en educación física y deportiva orientada a la salud.
Por la Dra. Dña. Lidia Brea, col. 57.496, miembro del Comité de educación físico deportiva en el ámbito sociosanitario del Consejo COLEF, profesora de la Universidad Europea de Madrid.
Según datos de la última Encuesta Nacional de Salud del año 2017 [1], el 62.5% de los hombres y el 46.8% de las mujeres tienen sobrepeso u obesidad en nuestro país. Si se tiene en cuenta solo la obesidad, se estaría rondando el 17% de la población aunando ambos sexos1. Pero todavía más alarmantes son las cifras de niños con obesidad en nuestro país, de cada diez niños, dos presentan sobrepeso y uno obesidad [1].
La obesidad ya es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como una epidemia a nivel mundial [2], provocando 2.8 millones de muertes al año. Además de esa cifra, la obesidad y el sedentarismo inducen a una mayor probabilidad de enfermedad cardíaca, pulmonar y metabólica, patologías graves que suelen derivar en un deterioro importante de la calidad de vida de quienes las sufren.
En su nota informativa de febrero de 2018 [3], la OMS establece que la obesidad está producida por un aumento del consumo de alimentos de alto contenido calórico y a su vez un descenso de la actividad física realizada por la población y que para prevenirla es necesario limitar la ingesta energética, aumentar el consumo de frutas, verduras y legumbres, cereales integrales y frutos secos y, a su vez, realizar actividad física de forma periódica.
A pesar de ello, según el último Eurobarómetro publicado [4], el 46% de la población española declara no realizar nunca actividad física. Atendiendo a que el sedentarismo provoca el aumento de la obesidad, que el ejercicio físico puede combatirla y a que España se encuentra en situación alarmante con respecto a el presente y el futuro de ésta (observando las cifras de obesidad infantil), se muestra necesario la inclusión del ejercicio físico como herramienta sociosanitaria para conseguir mejoras al respecto.
Para ello es fundamental que los/as educadores/as físicos deportivos/as, desde la infancia, consigan que los niños se adhieran a la práctica de ejercicio físico (consiguiendo al menos la recomendación de 60 minutos diarios de ejercicio [5]). A su vez, los profesionales de la Educación Física y Deportiva son capaces de realizar programas individualizados y especializados para población con sobrepeso y obesidad, que consigan reducir los niveles de grasa visceral (la más peligrosa de cara a comorbilidades [6]) y de grasa total.
Este tipo de acciones tienen como uno de sus objetivos el aumento de la masa magra, lo que conlleva un aumento del gasto Kcal en reposo y, por tanto, una mayor facilidad a la hora de recudir Kg totales. En este sentido, parece importante incluir programas de ejercicio físico en los que el entrenamiento de fuerza sea prioritario, buscando además combatir la obesidad sarcopénica, producida por la disminución natural de masa muscular con el paso del tiempo y derivando en un aumento de masa grasa si no se combate.
Además, se debe incluir (tras un periodo óptimo de adaptación) entrenamientos interválicos de alta intensidad, ya que se han establecido como una estrategia eficiente para disminuir los depósitos de masa grasa, incluidos los de masa grasa visceral [7], teniendo en cuenta que estos programas muestran mayores adherencias a los programas de ejercicio físico, por su reducción de tiempo de sesión.
Es muy importante dejar claro que aquellos que tienen ya sobrepeso se benefician incluso más de todos los efectos que tiene el ejercicio físico que aquellos que no sufren esta enfermedad. En un estudio publicado en la revista PLOS ONE, Moore y colaboradores, observaron que realizar más ejercicio físico en tiempo de ocio está asociado con una mayor esperanza de vida, siendo esta ganancia incluso mayor en personas con Índices de Masa Corporal más elevados [8].
REFERENCIAS:
Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social. Encuesta Nacional de Salud. 2017.
Vandevijvere, Stefanie, et al. "Increased food energy supply as a major driver of the obesity epidemic: a global analysis." Bulletin of the World Health Organization 93 (2015): 446-456.
Organización Mundial de la Salud. Obesidad y sobrepeso. 2018.
Eurobarometer, Special. "Sport and physical activity." Brussels: TNS Opinion & Social (2017).
ACSM. ACSM's guidelines for exercise testing and prescription. Wolters Kluwer, 2017.
Amato, Marco C., et al. "Visceral Adiposity Index: a reliable indicator of visceral fat function associated with cardiometabolic risk." Diabetes care 33.4 (2010): 920-922.
Maillard, Florie, Bruno Pereira, and Nathalie Boisseau. "Effect of high-intensity interval training on total, abdominal and visceral fat mass: a meta-analysis." Sports Medicine 48.2 (2018): 269-288.
Moore, Steven C., et al. "Leisure time physical activity of moderate to vigorous intensity and mortality: a large pooled cohort analysis." PLoS medicine 9.11 (2012): e1001335.